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lunes, 7 de septiembre de 2015
jueves, 3 de septiembre de 2015
Sobre el cierre del Colegio Mayor Santa María del Buen Aire
En vista de las continuas
peticiones de información acerca del cierre del Mayor por parte de antiguos
colegiales y de la injusta situación en la que han quedado los antiguos trabajadores del mismo, se recogen en esta entrada los acontecimientos y últimas causas que
dieron lugar a tal suceso, así como la situación de todos sus integrantes un año después. Parte de la información que aquí se recoge está basada en documentos que no pueden ser publicados por motivos legales.
Contextualización:
El Patio Blanco, espacio abierto del Mayor |
El CMU Santa María del Buen Aire
fue uno de los dos colegios mayores propios de la Universidad de Sevilla. Se
inauguró en el año 1944 como residencia de estudiantes hispanoamericanos,
siendo entonces el primer y único centro de estas características de la
Hispalense. El edificio, antiguo palacio de los Guzmanes, y sus célebres
jardines, planificados y construidos por el gran arquitecto e ingeniero forestal francés Jean-Claude Nicolas Forestier, ambos declarados BIC en 2004 [1], fueron adquiridos en subasta por
los hermanos Lissen, quienes en 1936 los donan al Ayuntamiento de Sevilla para
que sean utilizados como residencia de estudiantes. En 1944, el Ayuntamiento los
cede a la Universidad de Sevilla [2].
En 1964 la Institución Teresiana
se hace cargo de las instalaciones para formar un centro femenino, que abandona
en el año 2010 como consecuencia del “El cambio experimentado en las costumbres
y requisitos de los colegios mayores […] y el descenso de la demanda” [3].
En este momento, el centro se hace mixto y la gestión pasa a manos de la empresa
sevillana Emilia Navas SL, quien se hace cargo hasta el cierre en septiembre de
2014 [4,5].
Causas del cierre:
No existe, a diferencia de lo que
algunos piensan, un único motivo por el
que el Mayor esté hoy día cerrado, si bien hay dos vectores claros que agrupan
todos los factores.
En primer lugar, el desinterés de
la Universidad de Sevilla, y
particularmente de sus órganos directamente involucrados (SACU y Rectorado), por
todo lo que tuviese que ver con el Colegio. En el seno del actual Equipo
Directivo de la Universidad no solo se desconoce lo que es un Colegio Mayor,
sino que en ocasiones se llega a percibir de forma negativa, asociándolo a
comportamientos poco ejemplares de otros mal llamados colegios. Todo esto,
sumado a una escasa supervisión de las actividades de la empresa gestora y la total
falta de inversión en mobiliario e infraestructuras, fue determinante en el
cierre del Centro.
En segundo lugar, la incapacidad
de la empresa encargada, Emilia Navas SL,
para gestionar este tipo de alojamiento. Esta incapacidad se vio reflejada,
como se comunicó a la Universidad de Sevilla el 17 de febrero de 2014 en un
escrito firmado por la mayor parte del cuerpo colegial, en los siguientes
puntos:
- Generación de graves conflictos de convivencia como resultado de un trato inadecuado y denigrante a los colegiales, a lo que posteriormente se sumó una gestión nefasta de la inserción del colectivo de estudiantes de máster extranjeros, dando como resultado un grave deterioro del ambiente colegial, verdadero valor de todo Mayor.
- Generación de una sensación de inseguridad en todo el cuerpo colegial como consecuencia de la “extraña” gestión económica. En el invierno del 2013 algunos colegiales recibieron una carta de la Agencia Tributaria en la que se les instaba a pagar 44.766,19 € en concepto de créditos embargados a la empresa Emilia Navas SL. Posteriormente, fuentes de la Universidad de Sevilla nos transmitieron que dicha carta era consecuencia de una descomunal deuda contraída por dicha empresa con el fisco. Adicionalmente, muchos de los trabajadores llegaron a tener hasta seis meses de retraso en el pago de sus nóminas, lo que contribuyó significativamente a la sensación de malestar y, por ende, al éxodo de colegiales.
- Nulo interés por dotar al Colegio Mayor de los organismos y las actividades que le son propios. Como bien sabemos, lo que diferencia a este tipo de centro de otros alojamientos es la autogestión, por la que los colegiales se hacen responsables de parte de las actividades, y la organización de ciclos, conferencias, charlas, debates, actividades deportivas y, en general, todo aquello que suponga una formación académica complementaria. Desde el abandono de la Institución Teresiana, toda esta actividad se fue degradando progresivamente y quedando en manos de algunos pocos colegiales que, de forma altruista y con escaso apoyo, las mantenían.
- Falta de interés por mejorar y reparar las instalaciones. Este factor es crucial para aquellos nuevos colegiales que llegaban al centro y se encontraban un sitio anticuado y decadente. No se hizo nada por adecentar los espacios comunes y dotar al edificio de un mobiliario y un aspecto adecuados y atractivos. De hecho, con posterioridad a la cesión del centro, la Gestora inauguró Cartuja II, una nueva residencia situada a tan solo 2 Km del Mayor. El cuerpo colegial siempre sospechó que buena parte de los nuevos alumnos eran desviados a esta residencia con la intención de convertir el Buen Aire en un centro de alojamiento para estudiantes extranjeros habida cuenta de que éstos solo podían residir en centros propios de la Universidad de Sevilla.
Transcurso de los acontecimientos:
Estos factores asociados a la
Gestora, además de ser causas últimas del cierre fueron también su detonante.
En efecto, para enero de 2014 la Universidad recibía dos avisos simultáneos:
por un lado, una carta de la Agencia Tributaria similar a la anterior llegaba a
su departamento jurídico, y por otro la ya mencionada queja firmada por el
cuerpo colegial hacía lo propio con la oficina de Ana López Jiménez, directora
del SACU. Esto desembocó en una investigación interna que determinó, según fuentes
de la Universidad de Sevilla, que se había tratado de realizar una maniobra de
alzamiento de bienes que a punto estuvo de involucrar a la Universidad y que,
según parece, involucró a la propia Junta de Andalucía en la gestión de una
guardería en Camas, propiedad de la misma empresa.
Acuciada por las deudas con el
fisco y sin posibilidad de cambiar la titularidad de la gestión del Mayor, la
Gestora se vio obligada a negociar con la Universidad la rescisión de su
contrato con el objetivo de cobrar (con un retraso de más de seis meses) los
pagos asociados a la estancia de los estudiantes extranjeros de máster. Aunque
la Gestora pretendía cobrar en una cuenta distinta a la que había sido
concesionaria de la explotación, que estaba embargada, finalmente estos pagos
fueron abonados directamente a Hacienda en cumplimiento de la legalidad
vigente, y Emilia Navas SL perdió la gestión del Centro en octubre de 2014 en un acuerdo al que llegaron ambas partes.
En contra de lo
supuesto/prometido por la Directora del SACU y, por extensión, la Universidad
de Sevilla, tras dicha expulsión ni se modificó la estructura de gestión del
Mayor (una vieja petición de los colegiales, que solicitaban un director
académico y sin interés comercial) ni se asignó un nuevo contrato a una nueva
empresa gestora, alegando deficiencias estructurales que lo
imposibilitaban. Quedaba cerrado, por lo tanto, uno de los centros de formación
más longevos e influyentes de la historia de la Hispalense.
Situación actual:
Pese a la presunta intención del
Equipo de Gobierno de la Universidad de Sevilla de reabrir el centro en el
presente curso 2015/2016, en la actualidad el edificio se halla en estado de semiabandono y visiblemente deteriorado, no tanto así los
jardines, que siguen cuidándose y visitándose. Los colegiales que confiaban en
continuar sus estudios en el centro se vieron obligados a buscar alternativas
habitacionales en pleno mes de octubre de 2014, aunque una pequeña parte de
ellos se benefició voluntariamente de la intermediación de la Universidad y
acabó en centros propios. Un acuerdo con la Directora del SACU de esa misma
fecha sostiene que, en caso de reapertura, los colegiales podrán volver a
ocupar una plaza en sus habitaciones.
Respecto a las trabajadoras,
posiblemente las integrantes más queridas y respetadas de la Comunidad Colegial,
que habían servido al Centro a lo largo de toda su vida, al igual que sus
padres, fueron despedidas y en la actualidad se hallan inmersas en un proceso
judicial contra la empresa gestora, que todavía les adeuda parte de su sueldo y
el despido y que ha sido acusada de alzamiento de bienes y despido improcedente.
Ninguna de ellas ha conseguido a día de hoy otro empleo, pese a las promesas de
la Universidad de Sevilla previas al cierre de encontrar un acomodo en su
amplia infraestructura. De hecho, el trato de los representantes universitarios
hacia ellas llegó a ser despectivo en no pocas ocasiones.
De la empresa gestora, Emilia
Navas SL (solo uno más de los muchos nombres del entramado de sociedades que la
forman), ni se sabe ni se quiere saber nada. La Directora del Centro, Emilia
Navas Palomo, así como los subdirectores, Carmen, Pilar, Lola y Juan Manuel
Ramírez Navas, fueron expulsados del Mayor por la Universidad ante la
imposibilidad de continuar la gestión con unas mínimas garantías legales, y
actualmente se dedican a gestionar el resto de sus residencias en Sevilla.
Todos ellos están involucrados en el proceso judicial abierto por los
trabajadores.
La actitud de los medios de
comunicación locales es también digna de mención. El cuerpo colegial se puso en
contacto con El Diario de Sevilla (concretamente con la periodista Trinidad
Perdiguero, autora de varios artículos sobre los jardines de Forestier), el ABC
de Sevilla y eldiario.es. Ninguno de ellos mostró el más mínimo interés por el
cierre, y El Diario de Sevilla, el más inquirido, activamente obvió todo lo
relacionado con el Mayor. El único artículo que publicó al respecto alababa la
actuación de la Universidad en la recolocación de colegiales que, como hemos
indicado, solo afectó a una pequeña parte de los mismos, lo que evidencia la parcialidad del citado medio.
Futuro:
El cada vez más deteriorado
estado de las instalaciones del Mayor hace que cada día que pase su reapertura
sea más costosa. A la falta de inversión acumulada durante años se suman los
efectos climáticos sobre un edificio antiguo y delicado. A pesar de ello,
parece existir la intención de reabrir el Colegio como una especie de centro de
recepción de visitantes, apoyándose esta decisión en una supuesta inviabilidad
económica como Colegio Mayor. Que el lector juzgue si los últimos años de
existencia del CMU Santa María del Buen Aire son indicativos de su viabilidad económica.
Referencias:
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