Cada uno buscamos nuestro mejor disfraz para recibirlos:
Cuando llegaron tomamos chocolate con churros y disfrutamos de un fantástico teatro.
Una vez desayunados empezamos con las actividades: Un taller de manualidades lleno de colores, purpurina, cartulinas... donde hicieron pancartas y carteles; pañuelito, fútbol, música, bailes y por supuesto un taller "pintacaras" donde más de uno se puso perdido de pintura (y tan contento)
En definitiva, pasamos una mañana genial y aprendimos mucho de estos pequeños luchadores y de sus padres. Por esto y mucho más,
¡GRACIAS!
¡Esperamos poder repetir esta experiencia muchos años más!
"El amor, el cariño, el afecto y el deseo de vivir son óptimas medicinas"